Cambios y Ansiedad en el Embarazo

Durante el embarazo ocurren una cantidad de cambios y fenómenos simultáneos que suponen un gran desafío y que por su puesto, afectan directamente la psique de la mujer. Podríamos decir que un embarazo y un postparto, representan la transformación más grande que puede vivir una mujer en toda su vida, experimentando una cantidad de cambios muy relevante, y que en este transcurso, se vivencia una vulnerabilidad emocional muy importante.

Lo anterior permite entender que una mujer en el proceso de embarazo, puede sentir muchísima ansiedad, preocupaciones y miedos respecto del futuro de ella, de su bebé, de la relación, de la familia, de la economía familiar, sus roles profesionales etc. Son un sinfin de cosas, puesto que la transformación a la maternidad es muy grande y muy desafiante. Si bien puede ser un proceso precioso y lleno de bendiciones, es muy natural tener miedo y ansiedad. No obstante, es necesario dar cuenta de cómo esta ansiedad puede entrometerse en mi vida, haciendo que me sienta abrumada o paralizada, imposibilitandome disfrutar de mi embarazo. Es en esa instancia, en dónde debemos pedir ayuda, porque no es normal ni saludable senti esa constante de nervio o estrés, y por que puede ser muy dañino para la salud de la madre y del bebé. Es importante pedir ayuda, informarse e intentar verbalizar con su equipo médico el cómo se siente, para que puedan encontrar un espacio de acogida que brinde tranquilidad.

¿Porqué ocurre esto? Profundicemos…

 Cambios Hormonales y Fisiológicos: Durante el embarazo, se producen cambios hormonales importantes para apoyar el desarrollo del feto. Estos cambios pueden afectar no solo la función física de la mujer sino también su estado de ánimo y su equilibrio emocional.

Transformaciones Psicológicas y Emocionales: La mujer se enfrenta a la transición hacia la maternidad, lo que puede generar una gama amplia de emociones, desde la alegría y la anticipación hasta la ansiedad y el miedo.  Este período se caracteriza por una serie de cambios significativos, que podemos describir a continuación:

 – Identidad Materna en Desarrollo: La gestación conlleva la transición hacia la maternidad, una identidad que se está desarrollando. La mujer embarazada puede experimentar una reevaluación de sí misma y su papel en la vida, lo que puede generar una mezcla de emociones, desde la excitación hasta la ansiedad sobre la responsabilidad que se avecina.

–  Cambios en la Percepción del Cuerpo: El cuerpo experimenta transformaciones notables para albergar y nutrir al feto. Estos cambios físicos pueden tener un impacto en la percepción de la propia imagen corporal, generando emociones complejas en relación con la aceptación y la adaptación a la nueva realidad física.

–  Cambios en la Relación de Pareja: La llegada de un hijo a menudo redefine la dinámica de la relación de pareja. La mujer puede experimentar cambios en la intimidad, comunicación y apoyo emocional, lo que puede influir en su bienestar emocional durante el embarazo.

–  Afrontamiento con Miedos y Expectativas: La anticipación del parto y la responsabilidad de cuidar a un recién nacido pueden generar miedos y expectativas. La mujer puede enfrentarse a preguntas sobre su capacidad para ser madre y la forma en que su vida cambiará, lo que puede desencadenar una amplia gama de emociones, desde la alegría hasta la aprehensión.

–  Adaptación a Nuevos Roles Sociales: El embarazo no solo implica cambios a nivel individual y familiar, sino también a nivel social. La mujer puede tener que adaptarse a nuevos roles y expectativas sociales relacionadas con la maternidad, rol profesional, lo que agrega una capa adicional de complejidad emocional.

Ibone Olza, Psiquiatra perinatal, reconoce que estas transformaciones psicológicas y emocionales no son lineales ni homogéneas. Cada mujer vive este proceso de manera única, y es crucial abordar estas complejidades con empatía, ofreciendo un entorno de apoyo que permita la expresión de emociones y la adaptación gradual a los cambios propios del embarazo. Su enfoque se centra en comprender y respetar la individualidad de cada mujer mientras navega por este viaje transformador.

Otro aspecto muy relevante para considerar, son las presiones sociales y culturales a las que se ve expuesta una mujer embarazada, en donde las expectativas de otros pueden afectar en que la mujer se sienta compelida a cumplir con ciertos estándares y expectativas, lo que puede generar ansiedad y estrés.

Por último, es muy importante mencionar lo relevante que es considerar los antecedentes de salud mental de una mujer embarazada, puesto que en el embarazo ocurren fenómenos complejos que podrían revivir conflictos emocionales que estaban anteriormente resueltos, y que necesitan una reelaboración, o necesidad de “re-sanarse”. Es tan impactante lo movilizador de un embarazo, que podemos ver el alcance que tiene en la profundidad de la psicología de una mujer. La vulnerabilidad a trastornos previos puede verse exacerbada debido a las demandas emocionales y físicas de la gestación. La variabilidad hormonal, los cambios en la dinámica familiar y las presiones sociales pueden exacerbar síntomas previos o desencadenar nuevas preocupaciones. Aquellas mujeres que han experimentado trastornos mentales en el pasado pueden encontrar que el embarazo desencadena recuerdos, emociones y preocupaciones relacionadas con su historial de salud mental. Este impacto puede afectar el proceso de adaptación a los cambios propios del embarazo.

La Dra. Olza destaca la importancia de una evaluación especializada para mujeres con antecedentes de salud mental. Esto implica un monitoreo más cercano y una atención más proactiva para identificar signos tempranos de desafíos emocionales y proporcionar intervenciones adecuadas

Para prevenir la psicopatología durante el embarazo, se propone un enfoque integral y proactivo:

Apoyo Emocional: Fomentar un entorno de apoyo emocional sólido, que puede provenir de la pareja, la familia, amigos o incluso grupos de apoyo. El respaldo emocional es esencial para ayudar a la mujer a enfrentar los desafíos emocionales inherentes al embarazo.

Evaluación Temprana y Monitoreo Continuo: Implementar herramientas de evaluación temprana para identificar signos de dificultades emocionales en una etapa inicial. Esto permite una intervención temprana y adaptada a las necesidades específicas de cada mujer. En Chile, se recomienda utilizar la Escala de Edimburgo, que es un instrumento que ayuda a identificar si la mujer embarazada estaría sufriendo un cuadro depresivo durante la gestación. Esta escala se puede utilizar tanto en el embarazo como en el postparto, debiera aplicarla el médico tratante al observar signos, síntomas o rasgos de un trastorno anímico, aunque también se recomienda revisarla en caso de sentir inquietud o preocupación por padecerla.

En el Centro Apego y Familia, contamos con un equipo especialista en Salud Mental Perinatal, nos apasiona acompañar a mujeres, y familias en el proceso tan desafiante de convertirse en madres. Si tienes dudas o inquietudes, puedes tomar una hora o contactarte con nosotras en la sección de Contacto.

Hola! Quisiera pedir información para solicitar una hora.